viernes, 4 de noviembre de 2011

Amor incondicional de Dios.

“Ya no te llamarán "Abandonada",
ni a tu tierra "Devastada";
a ti te llamarán "Mi favorita",
y a tu tierra "Desposada",
porque el Señor te prefiere a ti,
y tu tierra tendrá marido.


Como un joven se casa con su novia,
así te desposa el que te construyó;
la alegría que encuentra el marido con su esposa,
la encontrará tu Dios contigo.

Sobre tus murallas, Jerusalén,
he colocado centinelas:
nunca callan, ni de día ni de noche;
los que se lo recordáis al Señor
no os deis descanso;
no le deis descanso hasta que la establezca,
hasta que haga de Jerusalén
la admiración de la tierra” (Isaías 62, 4-7).

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