lunes, 20 de enero de 2014

La fuerza de la oración. “En una sociedad donde la gente acuda a la Iglesia, recurra a la oración, y le dé más importancia a las cosas espirituales que a las materiales, no serían necesarios los exorcistas”,

El sacerdote José Antonio Fortea fue muy directo en cuanto al mensaje que quiere dejar durante su visita a Miami: el único método para combatir los males espirituales es la oración y, en casos extremos, el exorcismo, por lo que la gente no debe recurrir a la brujería o la santería para esos fines. Lo cuenta Brenda Medina en El Nuevo Herald.
Fortea ofreció el pasado 17 de enero un taller en la Archidiócesis de Miami sobre los ministerios curativos del exorcismo y luego decidió invitar a la prensa para responder a las inquietudes sobre el tema. “En la Iglesia Católica defendemos que algunos casos tienen que ver con demonios y que se solucionan a través del exorcismo. Nos tomamos muy en serio la existencia de ese mundo espiritual”, dijo Fortea, sacerdote de la diócesis de Alcalá de Henares, en España, y quien ha estudiado el tema durante varios años.
“Eso no significa que estemos en desacuerdo con la psiquiatría ni la ciencia en general. Lo que sí enfatizamos es que la gente no debe recurrir a métodos oscuros como la brujería, la santería o cosas parecidas.
De acuerdo con Fortea, las personas que creen en Jesucristo deben buscar respuestas dentro del catolicismo y no en prácticas como la brujería, el vudú, la macumba o la santería. Todas estas son variantes de prácticas religiosas que arribaron a América con los esclavos africanos y son aún practicadas en países como Cuba, Haití, República Dominicana y Brasil.
El mensaje de Fortea es especialmente delicado en Miami, que cuenta con una población diversa, mayormente proveniente de América Latina, donde existe una fusión de religiones de distintos orígenes (sincretismo). Es común entre los cubanos y personas de otras nacionalidades, por ejemplo, la práctica de la santería, una religión de origen africano sincretizada con el catolicismo desde los tiempos de la colonización. También es común ver por los barrios de Miami tiendas botánicas que ofrecen productos a los seguidores de la santería.
Fortea recalcó el viernes la importancia de diseminar su mensaje, ya que, según contó, las prácticas de brujería han tomado más auge en los últimos 30 años. “Los brujos se lucran con estos trabajos engañosos y se dan a conocer más mediante anuncios comerciales”, dijo el sacerdote. “Esto atrae a más personas a sus trabajos”.
Fortea, quen estudia para obtener su doctorado en Teología y es autor de un libro sobre demonología, dijo que existen muy pocos sacerdotes exorcistas en la Iglesia Católica, en parte porque no se necesitan muchos especialistas en esa rama. Para ser exorcista no se necesita un entrenamiento o estudios específicos. Cada sacerdote que pertenece al ministerio ha sido designado por un obispo y luego recibe entrenamientos en las oraciones que ayudan a liberar a las personas de los espíritus, explicó Fortea.
En una sociedad donde la gente acuda a la Iglesia, recurra a la oración, y le dé más importancia a las cosas espirituales que a las materiales, no serían necesarios los exorcistas, señaló el sacerdote de Alcalá.

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