EL PERDÓN DE LAS OFENSAS
EL PERDÓN DE DIOS POR CRISTO
Ya en el AT, la ley no sólo pone un límite a la venganza con la norma del
talión Ex 21,25, sino que además prohibe el odio
del hermano, la venganza y el rencor contra el prójimo Lev 19,17s.
El sabio Ben Sira meditó sobre estas prescripciones; descubrió el nexo que une
el perdón otorgado por el hombre a su semejante con el perdón que él mismo pide
a Dios: «Perdona a tu prójimo la injuria, y tus pecados, a tus ruegos, te serán
perdonados. ¿Guarda el hombre rencor contra el hombre e irá a pedir perdón al
Señor? ¿No tiene misericordia de su semejante y va a suplicar por sus pecados?»
Eclo 28,2-5. El libro de la Sabiduría completa
esta lección recordando al justo que. en sus juicios debe tomar como modelo la
misericordia del Señor Sab 12,19.22.
Jesús reasumirá y transformará esta doble lección. Como el Sirácida. enseña que Dios no puede perdonar al que no
perdona, y que para implorar el perdón de. Dios hay que perdonar al propio
hermano. La parábola del deudor inexorable inculcacon
fuerza esta verdad Mt 18,23-35, en la que insiste Cristo Mt 6,14s y
que nos impide olvidar haciéndonosla repetir cada día: en el padrenuestro
debemos poder decir que perdonamos; esta afirmación está enlazada con nuestra
petición, bien por un «porque», que hace de ella la condición del perdón divino
Lc 11,4, o por un «como», que fija su medida Mt 6,12.
Jesús va más lejos: como el libro de la Sabiduría, da a Dios
por modelo de misericordia Lc 6,35s a aquéllos
cuyo Padre es y que han de imitarle para ser sus verdaderos hijos Mt 5,43ss.48.
El perdón no es sólo una condición previa de la vida nueva, sino uno de sus
elementos esenciales: Jesús prescribe por tanto a Pedro que perdone sin
intermisión, al revés del pecador, que tiende a vengarse desmesuradamente Mt 18,21s
Gen 4.24. Esteban. siguiendo el ejemplo del Señor Lc 23,34, murió perdonando Act 7,60.
El cristiano, para vencer como ellos el mal con el bien Rom 12,21
1Pe 3,9, debe perdonar siempre, y perdonar por amor, como Cristo Col 3,13,
EL PERDÓN DE DIOS POR CRISTO
Así pues, como Israel Lc 1,77,
Juan Bautista aguarda la remisión de los pecados y predica un bautismo que es
su condición: «Haced penitencia; de lo contrario, el que viene os bautizará en
el fuego; para él, este fuego es el de la ira y del juicio, el que consume la
barcia una vez separado el buen grano» Mt 3,1-12. Esta perspectiva es la
de los discípulos de Juan que siguieron a Jesús; quieren hacer que caiga el
fuego del cielo sobre los que se cierran a la predicación del maestro Lc 9.54. Y Juan Bautista se hace sus preguntas Lc 7,19-23 al oir a Jesús no
sólo invitar a los pecadores a convertirse y a creer Mc 1,15, sino
proclamar que ha venido únicamente para jurar y perdonar.
1.
El anuncio del perdón.
En efecto, si bien Jesús vino a traer fuego a la tierra Lc 12,49, sin embargo, no fue enviado por su Padre
como juez. sino como salvador Jn 3,17s 12.47. Invita a la conversión a
todos los que la necesitan Lc 5,32 p y
suscita esta conversión Lc 19,1-10 revelando que
Dios es un Padre que tiene su gozo en perdonar Lc 15
y cuya voluntad es que nada se pierda Mt 18,12ss. Jesús no sólo anuncia
este perdón, al que se abre la fe humilde, mientras que el orgullo se cierra al
mismo Lc 7,47-50 18,9-14, sino que además lo
ejerce y testimonia con sus obras que dispone de este poder reservado a Dios Mc 2,5-11 p
Jn 5,21.
2.
El sacrificio para la remisión de los pecados.
Cristo corona su obra obteniendo a los pecadores el perdón
de su Padre Ora Lc 23,34 y derrama su sangre Mc 14,24
en remisión de los pecados Mt 26,28. Verdadero siervo de Dios, ¡ustifica a la multitud con cuyos pecados carga 1Pe 2,24
Mc 10,45 Is 53,11s, pues es el cordero que
quita los pecados del mundo Jn 1,29 salvando al mundo. Por su sangre somos
purificados, lavados de nuestras faltas 1Jn 1,7 Ap 1,5.
3.
La comunicación del poder de perdonar.
Cristo resucitado, que tiene todo poder en el cielo y en la
tierra, comunica a los apóstoles el poder de perdonar los pecados Jn 20,22s
Mt 16,19 18,18. La primera remisión de los pecados se otorgará en el
bautismo, a todos los que se conviertan y crean en el nombre de Jesús Mt 28,19
Mc 16,16 Act 2.38 3,19.
Los apóstoles predican por tanto la remisión de los pecados Act 2,38 5,31 10,43 13,38 26,18, pero en sus escritos
insisten menos en el aspecto jurídico del perdón que en el amor. divino que por
Jesús nos salva y nos santifica (p.e. Rom 5,1-11). Nótese el papel de la oración de la
Iglesia y de la confesión mutua de las faltas como medio para obtener la
curación y el perdón de los pecados Sant 5,15s.
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