Hoy
domingo V de Pascua, domingo del amor, el Señor nos da una señal para que nos
reconozcan no por nuestros méritos ni para que busquemos puestos de honores… un
ingrediente que como diría Santa Teresa, se nos examinará en un día cuando
pasemos de este mundo al Padre: el AMOR.
No
hay mejor señal que esa para ser reconocidos como discípulos de Jesús: no hace
falta tener carrera, ni cumplir una doctrina, ni una teología concreta. Solo
basta con SER.
Dos ideas
centrales emanan de las lecturas: se nos revela que habrá una nueva creación al
fin del mundo. Mientras, tenemos que continuar la misión de Cristo aquí en la
tierra, amándonos unos a otros.
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