Caminar desde Cristo.: Comentarios a las lecturas del IV Domingo del Tiem...:
Hoy se da también una tendencia a no aceptar la existencia del Demonio. Asimismo es muy difícil su representación. Pero el comportamiento de algunos hombres -( asesinatos,
crueldad, soberbia irredenta, insolidaridad criminal, ...), nos aproximan a la idea de la posesión y de la existencia de un mal sobrehumano.
crueldad, soberbia irredenta, insolidaridad criminal, ...), nos aproximan a la idea de la posesión y de la existencia de un mal sobrehumano.
Los creyentes no podemos olvidar que ángeles y demonios aparecen en la Escritura de forma bastante cotidiana. En los últimos tiempos hemos asistido a una revalorización de los ángeles, en libros, películas, etc.
Con el demonio hay otra vivencia diferente. Por un lado se incrementan los seguidores de este poder. Es decir, hay más sectas satánicas, o, simplemente, hay, cada vez, más adoradores de la parafernalia demoníaca. Y a su vez, hay cada día más gente cercana a la
religión --y, por supuesto a la católica—que niega la existencia del demonio.
Con el demonio hay otra vivencia diferente. Por un lado se incrementan los seguidores de este poder. Es decir, hay más sectas satánicas, o, simplemente, hay, cada vez, más adoradores de la parafernalia demoníaca. Y a su vez, hay cada día más gente cercana a la
religión --y, por supuesto a la católica—que niega la existencia del demonio.
Al negar la realidad del diablo le damos una especia de tapadera para que actúe con más impunidad. Es verdad que de las grandes realidades espirituales nos convence la
fe. Esa es nuestra limitación y servidumbre como hombres que somos. Pero también es cierto que tenemos muchas veces aproximaciones al hecho espiritual que no son simples casualidades o alucinaciones. Como creyentes hemos sentido la cercanía de Dios en muchas situaciones de la vida. Y aunque suele ser normal , habremos intuido en nuestro interior, la cercanía de otra fuerza que nos separa del camino que descubrimos como el camino que Dios nos señala.
fe. Esa es nuestra limitación y servidumbre como hombres que somos. Pero también es cierto que tenemos muchas veces aproximaciones al hecho espiritual que no son simples casualidades o alucinaciones. Como creyentes hemos sentido la cercanía de Dios en muchas situaciones de la vida. Y aunque suele ser normal , habremos intuido en nuestro interior, la cercanía de otra fuerza que nos separa del camino que descubrimos como el camino que Dios nos señala.
La mentira, el engaño, el autoengaño, una inesperada distorsión de la realidad, la imprevista justificación de lo injustificable, son los síntomas del demonio está cerca.
Hay adoradores del demonio, que lo son y lo viven como vivencia contra Dios. Son estos los que colocan en un mismo plano de poder a Dios y al demonio. Y esto sí es un gran error. Dios tiene más autoridad que cualquier cosa del mundo. El mismo demonio es un derrotado por la muerte y Resurrección de Cristo. Es lo que hoy nos relata el Evangelio.
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