Caminar desde Cristo.: Comentario a las lecturas del XIII Domingo del Tie...:

En el mundo deshumanizado y muy urbanizado en que vivimos, el testimonio de la hospitalidad de casas abiertas a los demás puede adquirir una dimensión profética.
Las órdenes monásticas, que han adquirido en el pasado una amplia experiencia de hospitalidad, deberían remozar su testimonio a este respecto, y con ellas todos los hogares, de forma que el encuentro mutuo permita a la personalidad de cada uno tomar cuerpo en un mundo en que el hombre se convierte en un número, de forma que la atención a los demás se convierta en una manera de vivir la disponibilidad y la hospitalidad para que el hombre desarraigado y psicológicamente aislado pueda encontrarse a sí mismo al encontrar la relación y el intercambio gratuito.

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