En esta época tan utilitarista y materialista, donde cuánto más tienes más
vales, donde ser rico y famoso a toda costa se ha convertido en casi una
obsesión enfermiza, son muy apropiadas las lecturas de hoy.
La primera lectura y el evangelio nos hablan de la humildad.
Reconocer que hemos recibido todo de
Dios, admitir sus límites y deficiencias, eso es la humildad cristiana. Debemos
tener un doble comportamiento: con Dios, acción de gracias y confianza en su
ayuda; con los otros, respeto por sus diferencias y compartir mutuamente los
dones recibidos.
El Salmo Responsorial como el Evangelio, nos
habla de que Dios tiene predilección por los pobres.