Caminar desde Cristo.: Comentario de las lecturas del III Domingo de Pascua...:
A los dos discípulos de Emaús la fe en la resurrección de Jesús les cambió la vida. Cuando se les había nublado la fe, se les había nublado la alegría y la esperanza: nosotros esperábamos que él fuera el futuro liberador de Israel. Y ya ves, hace dos días que sucedió todo esto.
A los discípulos de Emaús les pasó lo mismo que les había pasado a los demás discípulos de Jesús: antes de ver al resucitado andaban tristes y acobardados; después de verlo recobraron la alegría, la valentía y las ganas de vivir y predicar. También en nuestro tiempo, la fe o la no fe en la resurrección de Jesús nos cambia la vida, con todo lo que esto conlleva. Creer en la Resurrección es creer en la vida inmortal, una vida en la que viviremos para siempre, según
el juicio misericordioso que Dios haga de cada uno de nosotros. No creer en la resurrección es creer que todo se acaba definitivamente para la persona cuando ésta muere corporalmente. Y, naturalmente, creer que esta vida mortal es todo lo que tenemos, o creer que esta vida temporal es sólo camino para otra vida inmortal, condiciona mucho nuestro actual estilo de vida.
el juicio misericordioso que Dios haga de cada uno de nosotros. No creer en la resurrección es creer que todo se acaba definitivamente para la persona cuando ésta muere corporalmente. Y, naturalmente, creer que esta vida mortal es todo lo que tenemos, o creer que esta vida temporal es sólo camino para otra vida inmortal, condiciona mucho nuestro actual estilo de vida.
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