Caminar desde Cristo.: Lecturas del XXXII Domingo del Tiempo Ordinario 12...:
En la primera lectura escucharemos un fragmento del capítulo sexto del Libro de la Sabiduría. Y hay una invitación a la prudencia que hemos de tener muy en cuenta. Por eso, en este mundo donde imperan las prisas, hoy nos invita a detenernos, a descansar, a calmarnos y sobre todo a estar vigilantes. El Evangelio va a hacer lo mismo: ya que Jesús es la encarnación de la sabiduría divina.
El es uno de los muchos que se utilizaban en la oración individual. Aunque este 62 tiene un especial
registro de búsqueda esforzada de Dios, como almas muy necesitadas de la cercanía del Señor. Todos –hoy y siempre— necesitamos de Dios y podemos invocar al Señor como lo hizo el Rey David cuando estaba –sólo y triste— en el desierto.
registro de búsqueda esforzada de Dios, como almas muy necesitadas de la cercanía del Señor. Todos –hoy y siempre— necesitamos de Dios y podemos invocar al Señor como lo hizo el Rey David cuando estaba –sólo y triste— en el desierto.
En la segunda lectura, sacada de la Carta a los Tesalonicenses, San Pablo va refiriéndose al final de los tiempos. En estos últimos domingos del año litúrgico, el Apóstol nos muestra ese camino de salvación en el que, también, la esperanza y la prudencia son factores importantes.
El evangelio de hoy nos invita a revisar dos características esenciales en la vida de un creyente: la prudencia y la esperanza. Teniendo en cuenta que la manera de actuar de Dios no es nuestra manera y su tiempo no es nuestro tiempo. San Mateo nos presenta ya a un Jesús de Nazaret en la cercanía de la Pasión. Y quiere instruir a sus discípulos en esa línea de prudencia y esperanza. La imagen de las vírgenes necias es muy inquietante, pero hemos de tenerlo en cuenta. La salvación tiene su precio y mucho esfuerzo, aunque la inestimable ayuda de Jesús nos facilite ese camino de manera fundamental.
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