Hoy es el domingo penúltimo del tiempo ordinario y los cristianos somos convocados a una meditación sobre el fin del mundo y el cumplimiento de la historia de la salvación. Es bueno pensar serenamente en el final para poder entender mejor los principios, y sobre todo para saber vivir en el presente. Meditar en las realidades últimas es signo de valentía espiritual.
Este domingo es una invitación a una buena noticia: nos espera la plena realización de todas las esperanzas de paz, alegría, amor, verdad y justicia. Al final del tiempo, la realización y consumación de la esperanza. Asidos en una palabra que es garantía de futuro: «no pasará esta generación antes de que todo se cumpla». Es misión del cristiano hacer presente este futuro en cada generación. Asumir con ojos de distancia y de futuro la responsabilidad del quehacer de cada día. No tiene que resultarnos extraño que en cada acción -por diminuta que ésta sea- resuene un cierto sabor de futuro. La fe y la esperanza nos aseguran que Dios da futuro al presente.
Creer es acoger a Dios en nuestra vida de cada día; acogida de amor y de libertad que implica conversión permanente, consentimiento en renacer de nuevo y una tensión hacia delante.
Solamente la esperanza da fuerza para aguantar el cansancio de vivir y para superar la monotonía diaria. La religión cristiana es una praxis humana destinada a conferir sentido y orientación de la vida personal y social de los hombres en cada momento histórico. Transida de esperanza en un futuro que ha comenzado ya, tiene la vocación de hacer más justas, libres y fraternas las relaciones del hombre consigo mismo y con los demás.
Solamente la esperanza da fuerza para aguantar el cansancio de vivir y para superar la monotonía diaria. La religión cristiana es una praxis humana destinada a conferir sentido y orientación de la vida personal y social de los hombres en cada momento histórico. Transida de esperanza en un futuro que ha comenzado ya, tiene la vocación de hacer más justas, libres y fraternas las relaciones del hombre consigo mismo y con los demás.
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