Caminar desde Cristo.: Lecturas del Domingo XXXIV del Tiempo Ordinario So...:
En la primera lectura, del Libro de Daniel, aparece el apelativo de Hijo del Hombre para designar al Mesías. Jesús de Nazaret haría suya esa denominación y la repitió siempre que quería hacer referencia a su persona y a su misión. Pero, a su vez, la profecía de Daniel hace una muy adecuada descripción del Mesías, que también concuerda con Cristo.
El salmo 92 era considerado por los judíos como una forma de la Ley revelada por la cual Dios reina para salvar y santificar a los hombres. En el Templo de Jerusalén se cantaba como expresión de esa grandeza misericordiosa. La liturgia de la Iglesia aplica este salmo a Jesús como Rey de todo y como Salvador.-
En la segunda lectura del Libro del Apocalipsis que se proclama hoy proclama la gloria de Jesús, su Reinado como príncipe de todos los reyes de la tierra. Y Jesús nos convierte en súbditos de su Reino y nos hace sacerdotes a todos. Es impresionante los que Cristo nos da hoy. Debemos escuchar y meditar estas palabras del Apocalipsis. Son muy importantes, y definitorias de la misión que nos ha encargado Cristo.
En este ciclo B, que terminamos hoy, hemos proclamado, domingo a domingo, el Evangelio de San Marcos, pero hoy se lee un fragmento del Evangelio de San Juan, donde Jesús de proclama rey, sin rodeos, ni velos, pero su reinado, que “no es de este mundo”, es una realidad de amor, paz y justicia. Y sus súbditos buscan y procuran la verdad contenida en la voz de Jesús que nos habla.
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