Caminar desde Cristo.: Comentarios a las Lecturas del XXXII Domingo del ...:
Las lecturas de hoy inciden en dos realidades: el compartir y la figura de la viudas.
Las viudas son consideradas en la Escritura blanco de la injusticia social y la imagen misma del infortunio y de la pobreza en todas sus formas. Dos pobrezas al encuentro, dos formas de compartir : la de la viuda y la de Elías.
La viuda da lo que tiene, en ambiente de fe en el Señor: "Por el Señor tu Dios".
El milagro se produce porque la viuda da pruebas de fe, porque ella no da sólo de lo superfluo, sino todo lo que tiene, hasta la imprudencia.
da pan a los hambrientos...
El Señor sustenta al huérfano y a la viuda...
El Señor reina eternamente” (Sal 145).
Darlo todo, hasta quedarse sin nada. Dar lo más que podamos. Y mientras más entreguemos, mayor será la recompensa.
¡Dar no de lo que nos sobra, sino de lo que necesitamos para vivir! Esto es lo que hicieron las dos famosas viudas de las que nos hablan las lecturas de hoy. Evidentemente, se trata de dos casos extremos de generosidad. Yo creo que, en circunstancias normales, a nosotros no se nos exige tanto; es suficiente con que demos limosna con generosidad, aunque la limosna nos suponga privarnos de un dinero que nos vendría bien, pero sin que la limosna que damos nos deje en necesidad extrema, como le ocurrió a las dos viudas de las lecturas de este domingo. Estas dos viudas son ejemplos más admirables que imitables. Se nos proponen precisamente para eso: para que admiremos su gran generosidad y para que su ejemplo nos anime a vencer nuestra tacañería habitual y nuestra excesiva preocupación por lo económico.
También las lecturas hoy nos sitúan ante la realidad de nuestra expresión religiosa que debe ser siempre expresión de nuestro amor a Dios y al prójimo. Una expresión religiosa con fines egoístas no es un uso religioso de la religión. Por una parte no utilizar la vida religiosa en nuestro beneficio y al mismo tiempo cuidar la limosna.
Hoy también se nos plantea la realidad del extranjero, de la crisis económica y la acogida. Elías anda moviéndose por el extranjero, en tierras fenicias concretamente, que hoy las llamamos Líbano en tiempos de crisis económicas, semejantes a las que sufrimos ahora. Es un desplazado, en una tierra de cultura muy diversa a la suya, donde se da culto a un dios que quieren convertirlo en el enemigo de Yahvé, porque en aquel tiempo, cada país tenía su rey y su dios y sus costumbres y riquezas. Elías, aparentemente, es un pobre hombre. Y pide auxilio a una pobre buena mujer, muerta de hambre. Pide la limosna del alimento más humilde: un panecillo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario