SALMO 135, I-II
Himno pascual
.
1Dad gracias al Señor porque es bueno:
porque es eterna su misericordia.
2Dad gracias al Dios de los dioses:
porque es eterna su misericordia.
3Dad gracias al Señor de los señores:
porque es eterna su misericordia.
4Sólo él hizo grandes maravillas:
porque es eterna su misericordia.
5Él hizo sabiamente los cielos:
porque es eterna su misericordia.
6Él afianzó sobre las aguas la tierra:
porque es eterna su misericordia.
7Él hizo lumbreras gigantes:
porque es eterna su misericordia.
8El sol que gobierna el día:
porque es eterna su misericordia.
9La luna que gobierna la noche:
porque es eterna su misericordia.
* * *
10Él hirió a Egipto en sus primogénitos:
porque es eterna su misericordia.
11Y sacó a Israel de aquel país:
porque es eterna su misericordia.
12Con mano poderosa, con brazo extendido:
porque es eterna su misericordia.
13Él dividió en dos partes el mar Rojo:
porque es eterna su misericordia.
14Y condujo por en medio a Israel:
porque es eterna su misericordia.
15Arrojó en el mar Rojo al Faraón:
porque es eterna su misericordia.
16Guió por el desierto a su pueblo:
porque es eterna su misericordia.
17Él hirió a reyes famosos:
porque es eterna su misericordia.
18Dio muerte a reyes poderosos:
porque es eterna su misericordia.
19A Sijón, rey de los amorreos:
porque es eterna su misericordia.
20Y a Hog, rey de Basán:
porque es eterna su misericordia.
21Les dio su tierra en heredad:
porque es eterna su misericordia.
22En heredad a Israel su siervo:
porque es eterna su misericordia.
23En nuestra humillación, se acordó de nosotros:
porque es eterna su misericordia.
24Y nos libró de nuestros opresores:
porque es eterna su misericordia.
25Él da alimento a todo viviente:
porque es eterna su misericordia.
26Dad gracias al Dios del cielo:
porque es eterna su misericordia.
[La Liturgia de las Vísperas nos ofrece el salmo 135 dividido en dos partes, como si fueran dos salmos: el primero, los vv. 1-9, y el segundo, los vv. 10-26. Tiene mucho en común con el salmo anterior, el 134.- Los judíos llaman a esta letanía «el gran Hallel», la gran alabanza, y la recitaban por Pascua, después del «pequeño Hallel», o sea, los salmos 112-117.- Para Nácar-Colunga el título del salmo es Canto de acción de gracias. En este salmo, con ritmo responsorial, con alternancia de coros, se cantan las grandezas de Dios en el cosmos y en la historia. Es una verdadera letanía. En ella, un coro cantaba la primera parte del versículo, y el pueblo respondía: «Porque es eterna su misericordia», frase que hallamos muchas veces en la Sagrada Escritura, puesta en boca de los que alaban al Señor en el templo. La misericordia es el atributo divino que más de relieve se pone en el A. T., a pesar de lo cual, los fariseos lo entendieron tan poco, que fue necesario que Jesús les propusiese la parábola del «hijo pródigo», y les recordase aquellas palabras: «Misericordia quiero, que no sacrificios» (Mt 9,13).- «Himno pascual en forma de letanía. Recordamos todos y cada uno de los beneficios de Dios en la historia salvífica y en el caminar eclesial, y cantamos con entusiasmo: "Porque es eterna su misericordia". Alentados por esta presencia activa de Dios Amor en nuestra vida, comenzamos una nueva etapa en nuestro caminar, convencidos de que, a cada paso, encontraremos manifestaciones de la misericordia de Dios. Es una contemplación del amor, que mira siempre hacia un "más allá" y hacia un "aleluya" eterno». (J. Esquerda Bifet).]
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Podemos distinguir en este himno tres partes: a) Yahvé, creador del universo (vv. 1-9); b) Yahvé, libertador del pueblo escogido (10-24); c) providencia de Yahvé sobre toda criatura (vv. 25-26). Como el salmo anterior, éste abunda en reminiscencias de otros salmos y pasajes bíblicos. Parece que en él se inspiró el autor de Eclesiástico 51,1-15 para componer su cántico. Algunos autores consideran el salmo 135 como una explicitacíón o adaptación coral del contenido del salmo 134.
ResponderEliminarYahvé, Creador de todas las cosas (vv. 1-9).- El salmista inicia su himno responsorial invitando a reconocer la bondad divina y su soberanía sobre todo, incluso sobre los supuestos dioses de los otros pueblos, que para él no tienen vida propia. Su poder es omnímodo, y se manifestó en la obra de la creación. El canto sigue el relato de Génesis 1: la formación de los cielos y de la tierra sobre las aguas; después destaca el mundo sideral: el sol, la luna y las estrellas, que, lejos de ser divinidades, como creían los pueblos gentiles, son unos instrumentos al servicio del hombre. Cada uno de ellos tiene su momento fijado para aparecer: el sol de día, la luna y las estrellas de noche. Y todo conforme a un plan divino previamente fijado conforme a su sabiduría.
Protección divina sobre Israel (vv. 10-24).- Esta segunda sección del salmo está calcada sobre la segunda del salmo anterior, de la que es una simple adaptación litánica para ser cantado alternativamente con el pueblo.
La Providencia divina (vv 25-26).- El v. 25 parece fuera de lugar, pues la mención de la Providencia sobre todos los seres interrumpe bruscamente el himno que canta la protección divina sobre Israel como pueblo. Parece que forma parte de una sección perdida en la que se cantaría la solicitud providente de Yahvé sobre todos los animales y sobre el hombre, al estilo del salmo 103. La composición termina invitando a alabar y dar gracias al Dios del cielo, expresión que sólo aparece aquí en el Salterio y en los libros de la época persa.
[Maximiliano García Cordero, en la Biblia comentada de la BAC]