Caminar desde Cristo.: Comentarios a las Lecturas del XXX Domingo del Tie...:
El mensaje de las lecturas de hoy es de alegría. El ciego seguía alegre a Jesús por su curación. En la primera lectura, Jeremías profetiza sobre una vuelta feliz a la tierra prometida, guiados por el Señor. Se menciona el camino de cojos y ciegos guiados por Dios. Jesús consumará ese camino devolviendo a los ciegos la vista y el paso firme a los ciegos. Pero el resultado final, el destino definitivo es ese mundo feliz, el Reino de Dios, que ya anuncia Jeremías.
Don y gracia en el evangelio: “¿Qué quieres que haga por ti?” La pregunta de Jesús es directa, concreta, sin evasión posible, comprometida, abierta. El ciego responde: “Maestro, que pueda ver”. Y el regalo sorprendente de ver, que los exegetas interpretan en sentido teologal como el don de la fe. “Anda, tu fe te ha curado”.
Seguimiento: La consecuencia de todo el proceso es ponerse en camino, ir detrás de Jesús, seguirlo de cerca. “Y lo seguía por el camino”. Además, se halla en un enclave inmediato a la Pasión de Jesús en Jerusalén.
Alegría: La consecuencia de todo el proceso no es otra que la alegría interior y exterior: “Gritad de alegría” (Jer 31, 7). “Al ir iban llorando, llevando la semilla, al volver, vuelven cantando, trayendo sus gavilla” (Sal 125). Señal de cumplir la voluntad de Dios.
¿Y hoy? ¿a qué nos invita el texto?. Hoy, sencillamente, nos invita a que gritemos: ¡Maestro, que pueda ver! Nos invita a pedir una visión muy concreta: la del camino a Jerusalén, su meta y las actitudes a tener. ¡Que pueda ver ese camino para seguirlo! Esto es a lo que Marcos llama tener fe. Es la fe que hace posible lo imposible, como ya ha dicho el Maestro en 9, 23: Todo es posible para el que tiene fe.
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