Caminar desde Cristo.: Comentario a las lecturas del Domingo de la Santís...:
Este domingo celebramos la fiesta de la Santísima Trinidad: Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo, un solo y único Dios en tres personas. Describe una realidad misteriosa que conjuga la unidad absoluta (monoteísmo) con la trinidad de personas, familia comunidad de amor.
El Padre es el principio sin principio, el Hijo es reflejo del Padre, engendrado en la eternidad de la misma naturaleza. El Espíritu Santo es el Aliento del Padre y del Hijo, es el Amor que los abraza. Los tres coexisten desde toda la eternidad, sin comienzo y para siempre. El proyecto de Dios es hacernos a nosotros partícipes de esa felicidad, y para eso hemos sido creados.
El Padre es el principio sin principio, el Hijo es reflejo del Padre, engendrado en la eternidad de la misma naturaleza. El Espíritu Santo es el Aliento del Padre y del Hijo, es el Amor que los abraza. Los tres coexisten desde toda la eternidad, sin comienzo y para siempre. El proyecto de Dios es hacernos a nosotros partícipes de esa felicidad, y para eso hemos sido creados.
En esta fiesta la Iglesia nos propone el testimonio de las vocaciones contemplativas .
Ellos y ellas han descubierto este misterio de Dios tan atrayente y se han sentido fascinados por él. Toda una vida para contemplar, alabar, interceder, dar gloria a Dios, reparar con amor ante el Amor que no es amado. ¿Qué hace en la Iglesia una comunidad contemplativa? ¿Qué provecho alcanza de ello la sociedad de nuestro tiempo? Los contemplativos responden a una vocación de Dios, que se convierte en profecía para todos: amar y buscar a Dios sobre todas las cosas, y son para la sociedad como oasis de paz y de silencio que invitan a encontrarse con Dios y restaurar nuestras fuerzas.
Ellos y ellas han descubierto este misterio de Dios tan atrayente y se han sentido fascinados por él. Toda una vida para contemplar, alabar, interceder, dar gloria a Dios, reparar con amor ante el Amor que no es amado. ¿Qué hace en la Iglesia una comunidad contemplativa? ¿Qué provecho alcanza de ello la sociedad de nuestro tiempo? Los contemplativos responden a una vocación de Dios, que se convierte en profecía para todos: amar y buscar a Dios sobre todas las cosas, y son para la sociedad como oasis de paz y de silencio que invitan a encontrarse con Dios y restaurar nuestras fuerzas.
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