El adviento es espera y búsqueda. Esperamos a un Gran Señor y buscamos la Salvación. Hemos de estar preparados en todo lo que ese Señor espera de nosotros. Y la necesaria adecuación de cuerpos y almas a lo que se nos pide, porque nos va a traer, sin duda, la apertura de un tiempo de salvación. Jesús dijo una vez que si éramos capaces de adivinar los cambios en el clima, en el tiempo físico, también deberíamos intuir que llegaban otros cambios de gran importancia. La Iglesia prepara este tiempo de Adviento como camino
de
El
hilo argumental de las lecturas de este domingo se resume bien las siguientes
palabras de Isaías: "En el desierto preparadle un camino al Señor; allanad
en la estepa una calzada para nuestro Dios; que los valles se levanten, que
montes y colinas se abajen, que lo torcido se enderece y lo escabroso se
iguale. Se revelará la gloria del Señor, y la verán todos los hombres
juntos". Luego el Evangelio de Marcos se referirá a la profecía de Isaías
igualmente y hará referencia al Precursor, a San Juan Bautista. Pero el hilo
argumental es el mismo. Se trata de abrir un camino posible para que todos
caminemos al encuentro del Señor.
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