sábado, 15 de julio de 2023

Comentario a las Lecturas del XV Domingo del Tiempo Ordinario, 16 de julio 2023

Caminar desde Cristo.: Comentario a las Lecturas del XV Domingo del Tiemp...:   

Nuestra sociedad occidental se empeña en vivir sólo de pan. Se da una búsqueda afanosa por el bienestar, confort, mejora de vida... Y esta ansiedad... se convierte muchas veces en nuestra más sutil esclavitud. Siempre será necesario el recordar las palabras del Deuteronomio: "No sólo de pan vive el hombre..

El texto bíblico nos recuerda que así como la lluvia que baja del cielo no vuelve a él sin antes empapar y fecundar la tierra, así la Palabra divina  no vuelve  sin cumplir su cometido. La palabra de Dios es el plan de Dios, sus eternos designios de salvación. Plan y designios que se manifestaron y realizaron en Cristo, su palabra encarnada. Nosotros sabemos que la Eucaristía es esa palabra bajada del cielo, salida de Dios y ofrecida en sacrificio y alimento a cuantos en esta vida tienen hambre y sed de justicia, de realidad, de amor, de Dios.

La semilla sembrada en los discípulas y que ellos tienen que sembrar también, el "don" se ha demostrado eficaz, se les da cada vez más: "A quien tenga se le dará". Este don pródigamente concedido es el de un conocimiento supremo: "conocer los misterios del Reino de Dios". Este conocimiento ilumina toda la vida; gracias a él, sabrán los discípulos hacer las opciones que se imponen y participar como conviene en el combate de la Palabra. Y es cierto que tras la explicación de las vicisitudes que atraviese el Reino al implantarse en el mundo, se oculta un mensaje decisivo: el mensaje pascual. Porque la aventura de la Palabra, constantemente desdeñada, perseguida pero siempre viva y eficaz, semejante al grano de trigo que debe "morir" para dar fruto (Jn12,24), ¿no es el misterio de Pascua? El conocimiento de tales misterios es un privilegio del que los cristianos ser conscientes. Lo que los cristianos oímos en la proclamación del Evangelio, lo que vemos en la experiencia cristiana, hay muchos hombres que no pueden verlo ni oírlo. Aun los Profetas, esos privilegiados del A.T. y con ellos, por lo tanto, todo el pueblo de la Antigua Alianza, no pudieron, a pesar de sus deseos, obtener semejante revelación de los "caminos" de Dios, de los secretos de su Reino.


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