dominical nos centra con enorme sabiduría nuestro propio y deseable camino. Cuando Dios creó al mundo y al hombre quiso que hubiera un desarrollo armónico. El trabajo produce bienestar y riqueza. No se trata –por supuesto—de que todos vivamos en el desierto vestidos de saco.
¿A que bienes estamos apegados?.
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