lunes, 8 de febrero de 2016

Comenzando el tiempo de Cuaresma.

Orando con San Lucas. La Parabola del Padre misericordioso.
En este tiempo de Cuaresma estás invitado a  la escucha orante de la Palabra de Dios , especialmente de la palabra profética. La misericordia de Dios, en efecto, es un anuncio al mundo: pero cada cristiano está llamado a experimentar en primera persona ese anuncio.
Es el momento de pensar en Dios, en la propia alma, en la misión de cada uno y en la necesidad de estar a bien con Dios y con la propia conciencia. «El ruido no hace bien y el bien no hace ruido», dijo San Francisco de Sales.
Orando con San Lucas. La Parabola del Padre misericordioso.
Ya nos lo advirtió San Pablo: «No os conforméis a este mundo» (Rm 12,2); «Os lo he dicho muchas veces y ahora os lo repito, con lágrimas en los ojos: hay muchos por ahí que se comportan como enemigos de la cruz de Cristo. Su fin es la destrucción, su dios es el vientre y su gloria sus vergüenzas. Sólo se preocupan de las cosas de este mundo» (Flp 3, 18-19); «Los que disfrutan de este mundo, como si no lo disfrutasen, porque la representación de este mundo se termina» (1 Co 7, 31).

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