Caminar desde Cristo.: Comentario de las lecturas de los Santos Pedro y ...:
Las lecturas de hoy con
el Evangelio nos presentan una pregunta nuclear de la fe cristiana. Y vosotros,
¿quién decís que soy yo? Podemos olvidarnos ahora del texto y del contexto
evangélico, y preguntarnos a nosotros mismos: ¿Quién es para mí, Jesús de
Nazaret? Olvidémonos de lo que dice la gente y de respuestas que hemos
aprendido hace más o menos tiempo en la catequesis. Entremos en el fondo de
nuestro corazón y, a solas con nosotros mismos, repitamos sosegada y
profundamente, la pregunta: “¿Quién es para mí Jesús de Nazaret, hasta qué
punto mi fe en Él condiciona y dirige toda mi conducta?” Ojalá que, de la
respuesta, sincera que demos, pueda decirse que no nos la ha revelado nadie de
carne y hueso, sino el Padre que está en el cielo Sería el mejor homenaje que,
en esta fiesta, podríamos ofrecer a San Pedro y a San Pablo.
Recordemos que los
santos están ahí no para que los contemplemos en los altares, sino para
enseñarnos a vivir la vida, la vida de cada día, en cristiano, para que
aprendamos a decirle al Señor, como le dijo Pedro: “Tú sabes que te amo”,
aunque no lo parezca en determinadas ocasiones, y para que no regateemos
esfuerzos cuando la misión que, desde el vientre de nuestra madre se nos dio,
nos pida algo más de lo que estamos dispuestos a dar.
Los santos están ahí
para estimularnos, ayudarnos y demostrarnos que para los hombres es difícil,
pero para Dios nada es imposible. Y los santos de hoy, Pedro y Pablo, son
dos grandes hombres a cuya sombra nos conviene estar para que, como al tullido
de la Puerta hermosa en Jerusalén, Pedro nos libere de nuestra parálisis; y
Pablo nos empuje, si es necesario con toda la energía de su carácter indomable,
para andar con Él por el camino recto hacia el Cielo.
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