La Iglesia exulta hoy de júbilo, porque es como el aniversario de su fundación, y porque hoy se renuevan en ella los prodigios de los orígenes, pues el Espíritu Santo sigue colmándola de dones.
Viernes Santo, pascua de
resurrección, ascensión y pentecostés: en esta secuencia temporal celebra la fe
el único misterio pascual de la exaltación de Jesús y de la salvación del
hombre.
También el envío del Espíritu
pertenece al acontecimiento pascual y se proclama en el evangelio de Juan el
domingo de pascua y hoy.
Las lecturas de hoy nos
presentan los frutos del Espíritu Santo; él es el gran don pascual que encierra
en sí todos los demás dones. El Espíritu une para siempre a todos los
discípulos con su Maestro, con su Señor resucitado; reúne a todos entre sí e
inaugura un mundo nuevo por medio del perdón de los pecados.
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