Caminar desde Cristo.: Lecturas del II Domingo del Tiempo Ordinario 14 de...:
La Iglesia hoy, como siempre, necesita profetas que sientan la fuerza de Dios para comunicar la Palabra a los hombres. Pero llevar la Palabra de Dios exige haberlo escuchado largos ratos con el corazón abierto, receptivo y disponible. Y eso es lo que hizo Dios Padre con el joven Samuel. Le llamó, suavemente, tanto, que no era fácil saber que aquella voz era la del Señor. Es lo que nos cuenta la primera lectura, del Libro Primero de Samuel. Aprendamos a reconocer las llamadas de Dios.
El salmo 39 es una acción de gracias desde el infortunio. A pesar de que el salmista refleja una difícil situación personal y colectiva no deja de agradecer a Dios todos los esfuerzos dirigidos a la salvación física y espiritual. Y es además el sacrificio del corazón, el mejor. Mucho más adecuado que los otros sacrificios rituales o de culto.
San Pablo en la segunda lectura –primera carta a los Corintos--, nos habla del ofrecimiento del cuerpo, pues por medio de él podremos llevar nuestros servicios al necesitado, al enfermo, al anciano, al solo. Y, además, nos respetamos a nosotros mismos en cuerpo y en alma.
Vemos hoy a Jesus, paseando por la calle como uno más. Y como nos cuenta Juan en su evangelio preguntaremos al Señor que donde vive y pasaremos toda la tarde con Él. Y es que viene hoy –y siempre-- a nuestro encuentro, nos invita y nos dice: si queréis ver dónde vivo, venid y lo veréis.
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