Caminar desde Cristo.: Comentario a las lecturas II Domingo del Tiempo Or...:
La liturgia de este domingo se
abre con un signo de alegría y esperanza: llega el que restaurará a la vieja humanidad para que viva con la lozanía de una esposa joven, hermosa y feliz, «Como un joven se casa con su novia, así te desposa el que te construyó...»
El cristianismo no es la religión de la depresión, ni del negativismo, ni del pesimismo.
Hemos sido llamados por Dios para constituir una comunidad que sea una auténtica fiesta: una fiesta en la que nadie se sienta marginado, aislado u olvidado. Se nos ha convocado para participar de un banquete de bodas en el que los manjares y el vino serán dados en abundancia.
Cada vez que celebramos la Eucaristía, la pequeña comunidad reunida en torno a una mesa, que representa a toda la Iglesia, actualiza y ratifica las bodas de Cristo con la Iglesia, la Nueva Alianza. Cristo alimenta y purifica a su Esposa, la une entrañablemente a sí mismo, que es su Cabeza, para llegar a ser con ella un solo cuerpo completo. Todos los que comen de un mismo pan, son reunidos en un solo cuerpo, recapitulados, encabezados, en Cristo.
Vivir la Eucaristía es vivir el gran símbolo de la vida de fe.
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