La primera lectura de hoy procede del Libro del Eclesiástico. Nos narra como Dios escucha las súplicas del pobre y del oprimido. Dice muy gráficamente el texto que “los gritos del pobre atraviesan las nubes hasta alcanzar a Dios”. Y este fragmento nos va a recordar claramente lo que, después, nos contará el evangelio.
El salmo es el 33 . Nos demuestra que Dios se ocupa de sus criaturas y que atiende a los hijos que gritan cuando se sienten afligidos. Hoy recitamos unos pocos versos del salmo 33.

El evangelio de San Lucas nos narra la parábola sobre el fariseo y el publicano que subieron a rezar al templo, tal como ya hemos dicho en nuestro saludo de entrada. Conviene que dediquemos tiempo a la meditación de esta parábola, para que nos demos cuenta si nuestra oración está más cerca de la oración del fariseo que de la súplica del publicano. Jesús, como siempre, cuenta esa parábola para la gente de hoy. Es una advertencia a nosotros mismos, aquí y ahora.
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