ETAPAS DE LA VIDA CONTEMPLATIVA
María: La Vía Iluminativa
Fijémonos ahora en la actividad de María, o más bien, en su falta de actividad. Ella está sentada a los pies de Jesús escuchando sus palabras. Toda su atención está enfocada al Maestro. Ella está escuchando al un nivel mucho más profundo que lo que están captando sus oídos. Es la clase de escucha que se da cuando nuestras facultades espirituales comienzan a vib...rar con la vida divina presente en Cristo. El que escucha la palabra de Dios a este nivel la mantiene.
María no está haciendo nada más que escuchar, sin embargo, a medida que escucha, su atención se mueve más allá de las palabras y aún de la apariencia física de Jesús. Ella penetra hasta la persona divina presente en la humanidad que es visible y palpable. Su fe se está expandiendo. Escuchar las palabras de Jesús no es tanto prestar atención a lo que dice si no más bien a la experiencia que se está comunicando en el nivel más profundo de nuestro ser por esa presencia divina. Esto es lo que nos atrae. No es sólo las palabras, sino la eterna Palabra de Dios que asimilamos y por la cual somos asimilados. Esto es lo que nos hace cristianos –y al mismo tiempo nos hace orar en nuestro mismo ser. Este es el propósito último de toda forma de oración, devoción, ritual, o sacramento. La palabra de Dios es la Escritura nos orienta hacia la transformación de todo nuestro ser. “Dios Padre habló una sola palabra y la habló en el eterno silencio, y es en el silencio que la escuchamos” (San Juan de la Cruz, Máximas).
Marta representa a aquellos que están en el nivel purgativo. María está entrando a l nivel iluminativo. En este estado las palabras y razonamientos ceden a la intuición y a la transmisión directa de la presencia divina de Jesús. María puede escuchar en este nivel por el crecimiento de su fe. Su amor mueve a su fe a un nivel de escucha más profundo, y a su fruto la paz interior.
María: La Vía Iluminativa
Fijémonos ahora en la actividad de María, o más bien, en su falta de actividad. Ella está sentada a los pies de Jesús escuchando sus palabras. Toda su atención está enfocada al Maestro. Ella está escuchando al un nivel mucho más profundo que lo que están captando sus oídos. Es la clase de escucha que se da cuando nuestras facultades espirituales comienzan a vib...rar con la vida divina presente en Cristo. El que escucha la palabra de Dios a este nivel la mantiene.
María no está haciendo nada más que escuchar, sin embargo, a medida que escucha, su atención se mueve más allá de las palabras y aún de la apariencia física de Jesús. Ella penetra hasta la persona divina presente en la humanidad que es visible y palpable. Su fe se está expandiendo. Escuchar las palabras de Jesús no es tanto prestar atención a lo que dice si no más bien a la experiencia que se está comunicando en el nivel más profundo de nuestro ser por esa presencia divina. Esto es lo que nos atrae. No es sólo las palabras, sino la eterna Palabra de Dios que asimilamos y por la cual somos asimilados. Esto es lo que nos hace cristianos –y al mismo tiempo nos hace orar en nuestro mismo ser. Este es el propósito último de toda forma de oración, devoción, ritual, o sacramento. La palabra de Dios es la Escritura nos orienta hacia la transformación de todo nuestro ser. “Dios Padre habló una sola palabra y la habló en el eterno silencio, y es en el silencio que la escuchamos” (San Juan de la Cruz, Máximas).
Marta representa a aquellos que están en el nivel purgativo. María está entrando a l nivel iluminativo. En este estado las palabras y razonamientos ceden a la intuición y a la transmisión directa de la presencia divina de Jesús. María puede escuchar en este nivel por el crecimiento de su fe. Su amor mueve a su fe a un nivel de escucha más profundo, y a su fruto la paz interior.
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