En este domingo acaba el Ciclo litúrgico C. El ciclo acaba con la Solemnidad de Cristo Rey. El Reino de Dios es :
servicio, entrega, generosidad, comprensión. No siempre, el servicio a Cristo,
pasa por el aplauso del mundo. Jesús Rey es una figura atípica: manda sirviendo
y sirve orientando.
En
esta fiesta de Cristo Rey se nos presenta a Cristo como el centro de la vida de
la Iglesia. En Él, por Él y para Él van encaminados nuestros desvelos y –sobre
todo- el esfuerzo evangelizador para que, su Evangelio, sea tomado en cuenta a
la hora de reconducir este mundo un tanto despistado o perdido.
San
Ignacio de Loyola, en sus Ejercicios Espirituales, en el "episodio"
del "Rey Temporal y el Rey Eternal" lo define muy bien. Viene a decir
que si nosotros somos capaces de apoyo total a un rey de este mundo que quiere
instituir lo que todos queremos y guardamos una relación de identidad con sus
postulados, sus vestidos, sus trabajos, sus sufrimientos, etc.; mucho más
tendríamos que apoyar a un Rey Eterno que busca nuestra salvación y nuestra
felicidad, que constituyen –sin duda—uno de los mayores anhelos.
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