Caminar desde Cristo.: Comentario a las lecturas del II Domingo de Pascua...:
Las
lecturas de este tiempo de Pascua nos llevan a dos actitudes que deben arraizar
profundamente en nuestras vidas: la fe y la paz.
Hermosa síntesis de la experiencia que
tienen los primeros cristianos de la resurrección de Jesús, el fragmento del
Apocalipsis incluye testimonios de la Resurrección y las apariciones de Jesús a
los Apóstoles centran el relato de este Segundo Domingo del Tiempo Pascual, y
marcan ese arco histórico de muchos años en la primitiva vida de la
Iglesia.
Del cenáculo lleno de hombres temerosos iba a salir, gracias a Espíritu, el
fermento, fuerte e ilustrado, de una Iglesia pujante, eficaz… y perseguida. La
mejor clave para adorar y meditar la Resurrección de Jesús está en el efecto de
ese prodigio suscitado en los Apóstoles. Primero --ya, de una vez—creyeron que
Él era Dios; y, entonces, se convirtieron en seguidores conscientes de una
actitud y de un camino de indudable trascendencia: de la divinidad y humanidad
de Cristo y del camino por Él marcado. Antes de la Cruz y de la Resurrección,
los Doce y sus acompañantes no eran otra cosa que una banda irregular de
seguidores, llenos de dudas. Para que no existan lagunas en el "discurso
litúrgico" de esa transformación, bien claro está el contenido del Libro
de los Hechos de los Apóstoles y de la velocidad en el crecimiento del número
de fieles. Pedro ya está constituido como primado de esa naciente Iglesia y no
sólo lo establece su autoridad humana, porque la autoridad divina le llega en
su capacidad --y en la de su sombra
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