Caminar desde Cristo.: Lecturas del VI Domingo de Pascua 26 de mayo de 2...:
La primera lectura del Libro de los Hechos de los Apóstoles, nos alerta de las veces que cargamos a otros fardos que nosotros no somos capaces de soportar. Y eso es lo que ocurría entre los primeros fieles cristianos convertidos por Pablo y Bernabé. La discusión sobre el mantenimiento –o no— de la ley judía produjo el primer concilio de la historia: el Concilio de Jerusalén, invocando al Espíritu se evitasen cargas doctrinales innecesarias.
S.- El salmo 66 refleja el deseo ardiente del salmista de que todos los pueblos alaben al Señor. Todo el santo es un canto de gran alegría y esperanza para siempre. Para nosotros puede –y debe— ser lo mismo: expresar el gozo por el que todos los hombres y mujeres de la Tierra vivan en continua alabanza para el Señor.
La segunda lectura, del Libro del Apocalipsis, nos habla del luminoso y feliz mundo de la Jerusalén del cielo. Su descripción es muy bella y llena de esperanza, porque su luz es Dios y su lámpara el Cordero. Narra la realidad de ese día en el que, por fin, nos encontraremos ante el rostro de Dios.
En el Evangelio de San Juan, Jesús próximo a terminar su primer periplo en la Tierra, nos promete el Espíritu Santo, el Paráclito, que nos lo enseña todo y vela por la Iglesia y por sus hijos. Pero lo más grande que nos dice es que si le amamos, Él y el Padre, vendrán a nosotros y se quedarán para siempre.
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