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lunes, 28 de octubre de 2013
Hoy comemos, bebemos, tomamos mujer, vivimos como si esto no fuera acabarse.
“Mas de aquel día y hora, nadie sabe nada, ni los ángeles de los cielos, ni el Hijo, sino sólo el Padre.
“Como en los días de Noé, así será la venida del Hijo del hombre.
Porque como en los días que precedieron al diluvio, comían, bebían, tomaban mujer o marido, hasta el día en que entró Noé en el arca,
y no se dieron cuenta hasta que vino el diluvio y los arrastró a todos, así será también la venida del Hijo del hombre.
Entonces, estarán dos en el campo: uno es tomado, el otro dejado;
dos mujeres moliendo en el molino: una es tomada, la otra dejada.
“Velad, pues, porque no sabéis qué día vendrá vuestro Señor.
Entendedlo bien: si el dueño de casa supiese a qué hora de la noche iba a venir el ladrón, estaría en vela y no permitiría que le horadasen su casa.
Por eso, también vosotros estad preparados, porque en el momento que no penséis, vendrá el Hijo del hombre.
“¿Quién es, pues, el siervo fiel y prudente, a quien el señor puso al frente de su servidumbre para darles la comida a su tiempo?
Dichoso aquel siervo a quien su señor, al llegar, encuentre haciéndolo así.
Yo os aseguro que le pondrá al frente de toda su hacienda.
Pero si el mal siervo aquel se dice en su corazón: “Mi señor tarda”,
y se pone a golpear a sus compañeros y come y bebe con los borrachos,
vendrá el señor de aquel siervo el día que no espera y en el momento que no sabe,
le separará y le señalará su suerte entre los hipócritas; allí será el llanto y el rechinar de dientes.
Mateo 24, 36-51
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