Si realmente tengo aprecio sincero por algo, busco incrementarlo. Si tengo un negocio que me está dando ganancias, invierto para que me dé todavía más ganancias. No lo abandono, no me despreocupo de él. Es la ley del éxito de una empresa. Pasa exactamente lo mismo con la castidad. He dicho que la castidad es una virtud no sólo para los religiosos o monjas (que se comprometen bajo voto público), sino para todo cristiano – para todo ser humano digno – sea célibe o casado. Fomentar la castidad es promover todo lo que sea la consideración de la belleza del amor. ¿Qué significa esto?
1. Llenar el corazón de nobles ideales. Desear ser como Cristo que – como dice san Pedro – pasó haciendo el bien (cf. Hch. 10,38). ¿Qué más puedo hacer? Esta ha de ser nuestra pregunta cotidiana.
2. Lecturas que nos ayuden a vivir la virtud. No se trata de leer libros sobre la castidad, sino leer mucho sobre la vida cristiana. Sobre todo la lectura de la vida de santos es un estímulo. Leyendo las vidas de santos sentimos cómo nuestro corazón se llena de deseos de imitación, pues ellos son hombres como nosotros y tuvieron que luchar como nosotros para alcanzar las virtudes.
3.Una oración para hacer la promesa de castidad (mujeres)
Señor Jesús:
Ante Ti vengo hoy porque quiero comprometerme Contigo:
A cuidar mi pureza y castidad,
A guardarme célibe para mi futuro esposo,
A esperar hasta el matrimonio para entregarme a él.
Sé que Contigo todo lo puedo,
Que con tu fuerza,
Lo que parece imposible
Se hará posible.
Por eso hoy te pido con confianza:
Fortaléceme en tu amor,
Dame la gracia y ayúdame cada día,
A cuidar mucho mi pureza de todo aquello que la pueda ensuciar,
A huir de toda ocasión que me ponga en riesgo de caer,
A rechazar con pronta radicalidad toda tentación que se presente en mi camino,
A pronunciar un firme y rotundo ¡NO!
Si el momento se presta para dejarme llevar.
Señor, tú que conoces todo lo que hay en mi corazón:
Mira mi anhelo de encontrar un amor verdadero,
Y concédeme lo que hoy te pido:
La pureza de mente, corazón y cuerpo,
Para amarte cada día más,
Y amar como Tú me has amado.
Este anillo que a partir de hoy llevaré siempre conmigo,
Será el signo que me recuerde esta promesa
Que hoy he hecho ante ti.
¡Que así sea! AMEN
4. Una oración para hacer la promesa de castidad (hombres)
Señor Jesús,
Ante Ti vengo hoy para comprometerme Contigo:
A cuidar mi pureza y castidad todos los días,
y a mantenerme célibe
hasta el día de mi matrimonio.
Conozco mis inclinaciones y debilidad,
y sé de sobra que sin Ti
jamás tendré la fuerza necesaria
para cumplir este compromiso.
Pero sé también que Contigo todo lo puedo,
que con tu fuerza lo que parece imposible es posible.
Por eso hoy te pido con confianza:
Ayúdame a ser hombre de verdad,
a cuidar y proteger a las mujeres,
su integridad, dignidad y castidad.
Ayúdame a no mirarlas ni tomarlas como un objeto de placer.
Dame fuerzas para huir de aquellas que busquen seducirme.
Ayúdame a luchar decididamente contra la pornografía,
que tanto degrada a las mujeres como a los hombres.
Ayúdame a respetar a mi enamorada
–si la tengo o cuando la tenga–,
a respetar con firmeza los límites que nos hemos propuesto,
y a demostrarle así que la amo verdaderamente,
y que por amor ella estoy dispuesto a dominarme a mí mismo,
mis pasiones e impulsos sexuales.
El anillo que desde ahora llevaré siempre conmigo
será el signo que me recuerde este compromiso
que hoy libremente sello Contigo.
Yo te prometo poner todos los medios a mi alcance y luchar con firmeza;
Tú concédeme la gracia y la fuerza necesarias
para poder crecer en un amor que se asemeje cada día más al tuyo.
¡Que así sea!
AMEN
Ante Ti vengo hoy para comprometerme Contigo:
A cuidar mi pureza y castidad todos los días,
y a mantenerme célibe
hasta el día de mi matrimonio.
Conozco mis inclinaciones y debilidad,
y sé de sobra que sin Ti
jamás tendré la fuerza necesaria
para cumplir este compromiso.
Pero sé también que Contigo todo lo puedo,
que con tu fuerza lo que parece imposible es posible.
Por eso hoy te pido con confianza:
Ayúdame a ser hombre de verdad,
a cuidar y proteger a las mujeres,
su integridad, dignidad y castidad.
Ayúdame a no mirarlas ni tomarlas como un objeto de placer.
Dame fuerzas para huir de aquellas que busquen seducirme.
Ayúdame a luchar decididamente contra la pornografía,
que tanto degrada a las mujeres como a los hombres.
Ayúdame a respetar a mi enamorada
–si la tengo o cuando la tenga–,
a respetar con firmeza los límites que nos hemos propuesto,
y a demostrarle así que la amo verdaderamente,
y que por amor ella estoy dispuesto a dominarme a mí mismo,
mis pasiones e impulsos sexuales.
El anillo que desde ahora llevaré siempre conmigo
será el signo que me recuerde este compromiso
que hoy libremente sello Contigo.
Yo te prometo poner todos los medios a mi alcance y luchar con firmeza;
Tú concédeme la gracia y la fuerza necesarias
para poder crecer en un amor que se asemeje cada día más al tuyo.
¡Que así sea!
AMEN
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