lunes, 23 de junio de 2014

Espiritualidad de comunión.


 “Palabra que fue dirigida a Jeremías de parte de Yahveh: Levántate y baja a la alfarería, que allí mismo te haré oír mis palabras. Bajé a la alfarería, y he aquí que el alfarero estaba haciendo un trabajo al torno. El cacharro que estaba haciendo se estropeó como barro en manos del alfarero, y éste volvió a empezar, transformándolo en otro cacharro diferente, como mejor le pareció al alfarero” (Jer 18, 1-4).

El Dios cristiano es un Dios sorprendente: no es un individuo, es una Comunidad de personas: Padre, Hijo y Espíritu Santo. Jesucristo se nos presenta vinculado al Padre y al Espíritu de una manera permanente.
De la Comunión Trinitaria dimana toda la obra creadora de Dios. Toda la realidad es expresión de la Comunión Trinitaria y está llamada a manifestar dicha Comunión.
Nuestra vida es Comunión en la medida en que, por la acción de su Espíritu, permanecemos vinculados a Jesucristo y en Él formamos parte de la Comunidad de personas que es Dios. Y en la medida en que, como vivió y realizó el mismo Jesús, vivimos y proyectamos la comunión con todas las personas y con toda la realidad.
Esta vida, que en Jesucristo participa de la Comunión, encuentra en la construcción de la comunión personal y social la manera natural de ser y de vivir. La comunión es lo que nos brota de dentro tratando de manifestarse y realizarse en todos y en todo.
A esta fuerza, proceso y dinamismo que nos lleva a vivir vinculados a Jesucristo y encarnados en la realidad le llamamos espiritualidad.

¿Quienes somos los cristianos?.

SOMOS EN LA TIERRA
SEMILLA DE OTRO REINO
SOMOS TESTIMONIO DE AMOR:
PAZ PARA LAS GUERRAS
Y LUZ ENTRE LAS SOMBRAS
IGLESIA PEREGRINA DE DIOS
 
“Tenemos que estar cerca de los hombres y las mujeres, que si bien no se reconocen en las tradiciones religiosas, buscan la verdad, la bondad y la belleza, que a su vez son la verdad, la bondad y la belleza de Dios" (Papa Francisco).

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