Comentario a las lecturas del domingo XVIII del Ti...
¿No se queda de manos cruzadas, impotente, ante el pecado moral perpetrado por la humanidad? ¿Intenta cambiar algo a pesar de sus limitadas posibilidades? No cabe duda de que es imposible todo reconocimiento de Dios y toda espiritualidad cristiana, si éstos, al mismo tiempo, no contienen en su programa de vida una preocupación activa frente a las necesiddes del prójimo. Cuando Jesús contesta a sus discípulos "¡Dadles vosotros de comer!", está haciendo referencia una vez más a la "carta magna" del compromiso cristiano. El evangelio de Juan comenta este milagro. De Dios viene el pan, pues él ha puesto en la tierra todo lo que necesita la humanidad para su alimento y para su desarrollo. Pero, además, es Jesús el pan que necesita el ser humano: si no sabemos escuchar su palabra, no se solucionará el problema más urgente del mundo actual: distribuir las riquezas. La fe en las promesas de Dios es la única fuerza que permite superar egoísmos y privilegios y conseguir para todos pan, paz y libertad.
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